jueves, 23 de mayo de 2013

EL PEQUEÑO "15 DIAS EN VERANO". GUION Y DIRECCIÓN EDU GONZALEZ

KatendLove dice: 
Enhorabuena por el corto! Da gusto saber que no soy la única que piensa así. Cuando me preguntan que quiero ser de "mayor", que quiero estudiar o que quiero hacer, me limito a decir la verdad; quiero ser Feliz! Conlleve lo que conlleve esa decisión. Muy tierna la voz del niño ;)

Blancogo dice: 
Siempre he opinado eso sobre las madres trabajadoras(con todo mi respeto a ellas) Pero trabajar todos los dias con la disculpa de dar lo mejor a los hijos y solo poderlos disfrutar 15 dias con mucha suerte. Pero no os dais cuenta que ellos no quieren cosas materiales NOS QUIEREN A NOSOTRAS (OS) CON ELLOS . ya se que esto es un largo debate ( PERO PENSARLO DE VERDAD).

Victoria Sanz dice: 
Muy bueno! Gracias! Hace tiempo que me di cuenta que la Felicidad la llevamos dentro, nada nos da la felicidad, nos brota desde adentro y con el paso de los años lo único que hacemos es crearnos necesidades (una casa, un coche, un novio, un viaje, un hijo ....) que poco a poco van borrando esa felicidad innata que todos traemos de serie cuando venimos a este mundo.


 

jueves, 21 de marzo de 2013

El Secreto De Apple (Alex Berezowsky)

Seguramente conoces la historia de Apple. Y sabes que Steve Jobs fundó la compañía y tristemente lo despidieron algunos años después (de la empresa que EL fundó…)

Sin embargo, algunos años después, regresó finalmente a Apple. Cuando regresó, se dio cuenta de que Apple se encontraba en una situación CRITICA! Y la principal razón era que: Estaban vendiendo MUCHOS productos.

Habían perdido totalmente el FOCO.

Y lo primero que hizo Steve Jobs fue ELIMINAR la mayoría de los productos y quedarse solamente con LOS MEJORES.

Y ese fue el secreto de su éxito: La capacidad de decir que NO a muchas oportunidades para poder decir que SI a las mejores.

Si quieres tener un negocio exitoso tienes que OLVIDARTE de la mayoría de los productos o las ideas que tienes en este momento. Se necesita mucho VALOR para hacerlo. Pero gracias a eso puedes ENFOCARTE al producto o a la idea que te va a permitir crecer MASIVAMENTE tu negocio.

El secreto de Apple es: ENFOCARSE! 

Te invito a que reflexiones esto y decidas cuál es tu mejor idea o tu mejor producto.
Y a partir de hoy, dile ADIÓS a todo lo demás. Seguimos en contacto. Abrazo!

miércoles, 20 de febrero de 2013

Contundente ponencia de José Antonio Pagola: "NO PODEIS SERVIR A DIOS Y AL DINERO"



Cuarta y última parte (el video de la ponencia está dividido en cuatro partes) de la Ponencia de Jose Antonio Pagola en el 32 Congreso de Teología que tuvo lugar en Madrid del 6 a 9 de Septiembre de 2012 en los locales de Comisiones Obreras. Esta ponencia tuvo una ENTUSIASTA acogida por partes de los asistentes que abarrotaron el salón de actos y FUE PREMIADA con una larga ovación con los asistentes puestos en pié que duró más de 5 minutos...

POR SU PROFUNDO CONTENIDO se hace muy recomendable su escucha, y aunque la ponencia está hecha desde una perspectiva cristiana, la recomendación vale también para los no creyentes. A pesar de que dura en total aproximadamente hora y media (cada una de las dos partes en que está dividida dura alrederor de 45') su escucha no se hace en absoluto pesada, al contrario, ES MUY AMENA DE ESCUCHAR.

SE RUEGA MÁXIMA DIFUSIÓN DE ESTA PONENCIA. MENSAJES TAN CONTUNDENTES Y CLAROS COMO ESTE DE PAGOLA SON MUY POSITIVOS pues nos ayudan a tomar postura y a situarnos personalmente ante la profunda crisis económica y de valores que estamos viviendo.

sábado, 2 de febrero de 2013

Causas estructurales y respuestas alternativas a la crisis. Por Juan Torres 1/2/2013

Publicado por Sociólogos Plebeyos Resumen de la intervención en la Jornada REPENSAR LA CRISIS DESDE ANDALUCÍA organizada por el Centro de Estudios Andaluces. Málaga, 18 de octubre de 2012.

Para poder dar respuestas eficaces a las crisis entiendo que es fundamental partir de un diagnóstico lo más acertado posible de sus causas, no solo de las más inmediatas sino de las estructurales, es decir, de las que tienen relación con los procesos socio-económicos más profundos, con las variables enraizadas en lo más hondo de las relaciones económicas y que, precisamente por eso, suelen quedar más ocultas al análisis que se necesita para poner en marcha las soluciones políticas. En mi opinión, y como he tratado de demostrar en otros trabajos [1], lo que viene siendo habitual en el tipo de análisis dominante sobre la crisis es que se pase por alto una serie de circunstancias que a mi juicio son precisamente las determinantes de lo que ha ocurrido y, por tanto fundamentales, para poder acertar con el tratamiento que realmente permita superar sus efectos más negativos para la inmensa mayoría de la población.

Por ello, me gustaría dedicar mi intervención a señalar diez aspectos que me parecen esenciales en relación con los problemas que viene sufriendo la economía española en el contexto de la crisis internacional en el que nos desenvolvemos.

1. La actual crisis no es la crisis, como generalmente nos referimos a la crisis.
En realidad es una crisis más, de otras muchas, y eso me parece que es muy importante que lo tengamos en cuenta.

El hecho de que desde los años setenta hasta aquí haya habido alrededor de 130 crisis, perturbaciones graves o situaciones de stress financiero refleja que está en la que estamos forma parte de una etapa en la que la inestabilidad financiera es casi un estado habitual.

Algo particularmente relevante si se compara con lo sucedido en los treinta años anteriores en los que prácticamente no hubo crisis financieras de ningún tipo.

El hecho de que fases temporales tan extensas tengas propiedades y manifestaciones financieras tan diferentes obliga a considerar las circunstancias en que cada una de ellas se desarrolló porque éstas no pueden ser ajenas al hecho de que o no se produzcan crisis financieras o que se multipliquen como auténticas pandemias.

Como acaba de poner de relieve Alan M. Taylor en un trabajo reciente [2], las diferencias entre el periodo comprendido entre 1945 y mediados de los años setenta y entre éstos años y la actualidad son muy significativas y si las ponemos de relieve podremos deducir, por tanto, cuáles son las circunstancias que están asociadas a la multiplicación de las crisis financieras o incluso a su propia existencia.

En el primer periodo hubo una gran disciplina del sector bancario, control de los movimientos de capital, estricta regulación doméstica, bajo crecimiento del crédito, muy poca innovación financiera y, asociado a todo ello, mayor ahorro, alta inversión y tasas de crecimiento de la actividad económica más elevadas. Justo lo contrario de lo que ha ocurrido desde los años setenta a la actualidad, cuando se ha relajado la disciplina en grado extremo, cuando hay plena libertad de movimientos de capital, una innovación financiera constante orientada a la especulación y, como consecuencia de ello, una derivación permanente del ahorro hacia la esfera de las finanzas puramente especulativas que desfavorecen el crecimiento de la actividad productiva.

Por tanto, sabemos que esta crisis no es una excepción ni un hecho aislado sino una manifestación más de los males que produce un determinado régimen financiero bajo la desregulación y liberalización. Y, en consecuencia, sabemos, pues, que es esto mismo lo que se debería evitar si queremos que las crisis dejen de producirse.

2. Si bien esta crisis es un episodio más de la pandemia que sufrimos desde los años setenta, sí es cierto, sin embargo, que es especialmente destacable y singular por su magnitud y extensión, rasgos que no creo que sea necesario documentar ahora pues son bien sabidos los efectos tan dramáticos que ha tenido sobre el conjunto de la economía mundial.
En realidad, esta mayor dimensión es la consecuencia de que se exacerban día a día dos grandes circunstancias que están en la base de la crisis y a las que a menudo no se concede el lugar principal que tienen.


  • · La primera es el extraordinario incremento de la desigualdad que, desde cualquier punto de vista que se considere, alcanza hoy día los niveles más altos desde la Gran Depresión [3]. 
  • · La segunda es el desorbitado aumento de la deuda, asociada a la expansión de la actividad especulativa y a la innovación financiera constantemente alimentada por la banca [4]. La desigualdad es el motor que alimenta y da fuerza a los flujos de capital especulativo que desestabilizan constantemente los mercados y que, al mismo tiempo, debilitan la actividad productiva. Por eso, como ha señalado, es la variable clave sobre la que habría que actuar para poder cambiar de rumbo a la economía internacional y, más concretamente, para poder erradicar la dinámica de crisis recurrentes en la que se inserta la que estamos viviendo. Por su lado, el incremento de la deuda se ha convertido ya en una bomba de relojería que no solo ha dado a esta crisis la dimensión tan extraordinaria que ha alcanzado, sino que amenaza con detonar en otros ámbitos (deuda soberana, crisis alimentaria, quiebras bancarias de momento disimuladas con artimañas contables, creación constante de burbujas…) produciendo nuevos episodios de crisis. Y en este sentido no se puede olvidar que el origen de este incremento constante de la deuda no es otro que el privilegio de creación de dinero que tiene la banca privada gracias al sistema de reservas fraccionarias, de modo que sin limitar o ponerle fin será inevitable que sigamos sufriendo nuevos episodios de crisis, o que la salida de la actual sea prácticamente imposible si entendemos por salir de ella el alejar con seguridad un nuevo ramalazo de perturbaciones financieras.


3. Como ya he anticipado, las circunstancias que actuaron como detonador directo de la actual crisis (la difusión de hipotecas sub prime y la posterior quiebra del sistema bancario que suscribió y difundió sus derivados) es el resultado de la desregulación, de la falta de disciplina y de vigilancia por parte de los supervisores, de la complicidad de ciertos poderes públicos con los intereses de la banca privada internacional, o del fundamentalismo con que se ha gestionado la política financiera [5].
Por tanto, resultará también imposible salir de la crisis y evitar otras próximas, sucesivas e incluso lógicamente de mayor envergadura, si no se establece un nuevo tipo de regulación financiera, mucho más severa, disciplinada, represiva y autónoma respecto a los intereses privados, tanto de los bancos, grandes fondos de inversión y empresas multinacionales como de las agencias de calificación y, en general, de los grandes polos de poder económico que en los últimos treinta y cinco años se han erigido en las referencias que establecen lo que se puede hacer o no en los mercados financieros.

La falta de pasos decisivos en este campo, dadas las servidumbres indisimuladas de los gobiernos respecto a los grandes poderes financieros, impiden que se recobre el sistema financiero mundial, de modo que existiendo una abundancia impresionante de capital financiero no hay financiación, sin embargo, para las empresas y la actividad productiva, porque los recursos se derivan constantemente hacia la especulación, lo que materialmente impide la recuperación y la salida de la crisis.

Las reformas financieras que se han propuesto han sido tímidas y apenas si se han llevado a la práctica porque se han dilatado tanto los plazos y las exigencias que, en la práctica, no han tenido efecto alguno de cara a resolver los problemas de financiación que aún siguen padeciendo las economías.

4. Las políticas que los gobiernos han tomado frente a la crisis han sido insuficientes, inicialmente, y en algún caso, como especialmente en Europa, totalmente contrarias a lo que puede permitir que se recupere el ingreso, la actividad y el empleo.
La política de salvar a la banca considerando que los bancos afectados eran demasiado grandes para caer ha provocado un gasto ingente de recursos, una mayor concentración financiera y a la postre, como acabo de señalar, que ni siquiera se haya resuelto el problema bancario que dio lugar a la crisis.

En su lugar, la inmensa mayoría de los bancos siguen siendo bancos verdaderamente zombies, cuya verdadera situación solo se disimula gracias a estratagemas y mentiras contables, consentidas por los gobiernos en beneficio en su único beneficio.

Los primeros planes de estímulo permitieron evitar una verdadera debacle pero finalizaron antes de tiempo, consumieron menos recursos de los necesarios y los aplicaron a actividades que simplemente lograron mantener cierto nivel de empleo pero sin ser capaces de modificar la lógica o el modelo productivo, de combatir la desigualdad o de proporcionar las bases para un nuevo uso más equilibrado y sostenible de los recursos.

Para colmo, el contumaz fundamentalismo con que se están aplicando en Europa las llamadas políticas de austeridad (realmente, solo encaminadas a que Alemania pueda asegurar la mayor cantidad posible de retornos en la deuda que los bancos de la periferia tienen con los suyos) está provocando una nueva recesión en el seno de la Unión Monetaria, algo inevitable cuando a todos los países de la eurozona se les impone una estrategia deflacionista que mengua los ingresos de todos ellos y, por tanto, su capacidad de contribuir al sostenimiento cooperativo de los demás mercados, que es la base que puede hacer exitosa una zona monetaria auténtica.

Sin un cambio radical de orientación, sin poner en marcha un autentico plan de estímulo de las economías, basado no solo en la acumulación de mayor cantidad de recursos sino en el cambio del modelo productivo imperante en la UE y en el seno de sus naciones integrantes, será igualmente imposible modificar la tónica nuevamente recesiva en la que nos encontramos y encaminarnos a una salida efectiva de la crisis.

5. A los problemas de caída de la actividad y desempleo que produjeron en casi todo el mundo la falta de financiación a empresas y consumidores y la caída subsiguiente de la demanda, se siguió en la mayoría de los países otro igualmente grave provocado por el incremento vertiginoso de la deuda soberana de los Estados, como consecuencia, al mismo tiempo, de la caída de los ingresos públicos y del aumento del gasto público.

Pero hay que tener en cuenta que los problemas de prima de riesgo que algunos países, como España, están sufriendo no tienen que ver tanto con la magnitud de la deuda, la de España sería aún llevadera incluso con el volumen que tiene en estos momentos, sino con la presión especulativa que hizo subir artificialmente los intereses con los que se ha financiado.

Y, sobre todo, hay que considerar otras dos circunstancias que igualmente se están soslayando a la hora de hacer frente a este problema de deuda. La primera, que el problema principal no radica en la deuda pública sino en la deuda privada, que es la que realmente resulta impagable, no ya en las condiciones de falta de actividad e ingreso actuales sino en las que previsiblemente se darán en el futuro.

Lo que en realidad se está produciendo es una reconversión de la deuda privada en otra pública, para que sea el conjunto de la población la que se haga cargo de la que han generado, principalmente y en beneficio propio, las grandes empresas financieras.

En 2008, cuando comenzaba la crisis:

  • · La deuda pública representaba un 19,1% del total (pública y privada) de la española, 
  • · La de las familias un 20,6%, 
  • · La de las Pymes un 3% y 
  • · La de las grandes empresas un 57% (de ellas, el 95% correspondía a las de más de 250 trabajadores).

Y eso teniendo en cuenta que el 64,7% de la deuda de las familias correspondía al 10% más rico de todas ellas.

Lo que se trata de hacer cuando los propios mercados han puesto en jaque al Estado español haciendo que artificialmente suba la prima de riesgo es justificar un rescate de la economía española en su conjunto para rescatar en realidad a los bancos que son deudores de las entidades europeas, principalmente alemanas y francesas, convirtiendo así en pública su deuda privada.

· La segunda circunstancia a tener en cuenta tiene que ver con el origen de la deuda total española y cuya cuantía es hoy día tan preocupante (aunque preocupante, como he señalado, más por la presión de los tipos de interés que por su volumen total, todavía relativamente manejable y, desde luego, asumible al empezar la crisis, cuando era el segundo menor de la Unión Europea).

Habitualmente se señala que su origen está en supuestos excesos en sector público, en grandes gastos sociales y en un Estado de Bienestar que se considera desmesurado, de donde se deduce que para combatirla es preciso recortar gastos en educación, sanidad, pensiones, dependencia, administración pública, etc. [6]

Sin embargo, así se falsea la realidad porque no se tiene en cuenta que el verdadero origen de la deuda pública española es otro:

El hecho de que España (como los demás países europeos de la zona euro) no haya podido disponer de un Banco Central que financiara los gastos públicos sin interés o a un interés super reducido y, en lugar de ello, haya tenido que hacerlo mediante financiación bancaria privada a los intereses de mercado.

Una simulación elemental permite comprobar que si España hubiera dispuesto de una financiación al 1% procedente de un Banco Central desde 1989, la deuda acumulada por los sucesivos saldos primarios acumulados desde esa fecha hasta la actualidad representaría un 14% del PIB, y no estaríamos, por tanto prácticamente en el 90%, como en la actualidad [7]. El grueso de la deuda, por tanto, es el resultado de una decisión asumida en Europa claramente en contra de los intereses de los pueblos, de cuyas consecuencias nunca se le ha hablado y que, por tanto, puede decirse que ha sido impuesta claramente contra su voluntad, es decir, que es una deuda odiosa o ilegítima.

Desde el año 2000, España ha pagado unos 227.000 millones en concepto de intereses y eso es lo que ha ido acumulando una deuda cada vez mayor, porque de haber sido financiada como deben ser financiados los gastos de los estados no habría alcanzado nunca el volumen de ahora. Téngase en cuenta que solo en 2008, 2009 y 2010 España ha tenido que pagar 120.842 millones de euros para hacer frente a la deuda en estas condiciones que le imponen los mercados [8].

Por tanto, hay que concluir que España tiene derecho a revisar la naturaleza de su deuda, a repudiar la ilegítima u odiosa, y que debe plantearse las consecuencias tan negativas que ha tenido y que va a tener mantenerse en una zona monetaria mal diseñada, o mejor dicho, diseñada para favorecer el negocio de la banca privada a costa de crear innecesariamente un problema ingente de deuda soberana en algunos de sus estados miembros.

6. Como es bien sabido, España tiene una situación económica y financiera más difícil que otras economías de su entorno. Esto es el resultado del problema de deuda al que acabo de hacer referencia (más concretamente a la gran presión especulativa de los mercados) pero, sobre todo, a otras circunstancias que es preciso tener en cuenta para poder actuar sobre ellas, al contrario de lo que viene ocurriendo cuando se soslayan.

  • · En primer lugar, que la gran influencia de la banca y los grandes grupos de poder económico ha favorecido en los últimos decenios un tipo de especialización muy negativa de nuestra economía, basada en el desarrollo de un modelo productivo ineficiente, insostenible, depredador, desigualitario, desvertebrado y muy dependiente [9]. 
  • · En segundo lugar, el entorno de la eurozona que, como ya he señalado, fue diseñado de modo muy imperfecto, sin disponer de los instrumentos que son imprescindibles para que una unión monetaria no cree más problemas de los que viene a resolver y que, así, perjudica mucho a los espacios periféricos o más dependientes, como el de España. 
  • · Por último, el gran poder del que disponen en nuestro país la banca y los grandes grupos oligárquicos, proveniente de los extraordinarios privilegios que adquirieron en la dictadura fascista y la mayoría de los cuales no solo no han desaparecido sino que incluso se han agrandado, y, por otro lado, de la gran desigualdad que hay en nuestra sociedad no solo en términos de ingresos sino a la hora de tomar decisiones políticas.


Eso es lo que ha permitido que se haya desarrollado una burbuja inmobiliaria tan peligrosa sin control ni vigilancia (obviando las demandas que hacían técnicos, funcionarios cualificados o cientos de especialistas o personalidades independientes, como las que hicieron en varias ocasiones los inspectores del Banco de España cuando denunciaban la actitud “pasiva” de los órganos de dirección del Banco de España con su gobernador al frente [10]).

7. Todas estas circunstancias son las que han provocado la particular gravedad de la crisis española que (con independencia de otras de carácter más estructural) tiene tres manifestaciones inmediatas y principales y que son las que con carácter de urgencia habría que resolver y no se están resolviendo:

  • · La gran destrucción de empleo, al haberse venido casi completamente abajo el sector de la construcción y la disminución subsiguiente de la demanda interna, 
  • · La presión de los mercados sobre la financiación de la deuda pública, y 
  • · La crisis bancaria que impide financiar adecuadamente a las empresas y consumidores.


Lamentablemente, las medidas que se han venido adoptando siguiendo las preferencias de los grandes grupos oligárquicos y las imposiciones de la Unión Europea no solo no los resuelven sino que los han venido agravando.

Las políticas de austeridad hunden aún más la demanda interna, la inactividad del Banco Central Europeo, dedicado a proporcionar dinero fácil a la banca privada para que ésta haga negocio fácil, financiando a interés más elevado a los gobiernos, fomentan y no evitan la actividad de los especuladores contra España (como contra Grecia, Irlanda, Italia o Portugal), y las sucesivas reformas financieras, en lugar de dirigirse a garantizar de verdad la existencia de un auténtico sector financiero que proporcione recursos a la economía, se han limitado a reforzar el poder de las grandes entidades y a ponerles en bandeja el mercado (sobre todo el que venían teniendo las cajas de ahorros) para que así puedan salir de la insolvencia generalizada en la que prácticamente todas ellas se encuentran de facto.

En lugar de afrontar los problemas que realmente agudizan la crisis en nuestro país para salir definitivamente de ella, se ha aprovechado la situación de debilidad para poner en marcha reformas y recortes cuyo único fin es el de facilitar la entrada de negocios privados en los servicios públicos, para mejorar aún más la capacidad negociadora de las grandes empresas y para ahorrarles impuestos a los niveles más elevados de renta [11].

8. Cuando se plantea la necesidad de hacer frente a todos estos problemas que afectan a la economía española, además de afirmar que “no hay alternativas” (un juicio que en realidad no es argumento y que hemos tratado de desmontar en el libro anteriormente citado Hay alternativas. Propuestas para crear empleo y bienestar social en España, se suele argumentar que España no tiene capacidad de maniobra alguna en el seno de la unión monetaria.
Es cierto que nuestra pertenencia a la eurozona la limita en grado sumo en cuanto a instrumentos que serían esenciales para hacer frente a una crisis como esta, sobre todo, en política monetaria y de cambio que posibilitase la devaluación, y que impone severas restricciones en otras políticas como la presupuestaria.

Eso es así, y de ahí, como he señalado, que debiera ser obligado poner sobre la mesa las ventajas e inconvenientes reales que tiene para España pertenecer a una unión monetaria diseñada mal y, digámoslo así, en su contra, en beneficio exclusivo de los grandes grupos financieros y empresariales y particularmente de los de Alemania. Pero dicho eso, no es del todo cierto que España carezca por completo de autonomía y que nuestro gobierno no pueda hacer nada que no sea lo dictado por Bruselas, como suele decirse.

Por el contrario, ha dispuesto y dispone de más capacidad de maniobra de la que ha utilizado y esa es la causa de una parte importante de los males y sufrimientos que estamos padeciendo.

La pertenencia a la Unión Monetaria no obliga a financiar a la Iglesia Católica, por poner un ejemplo, con más recursos de los que paralelamente se recortan en servicios sociales, o a eliminar impuestos como el de sucesiones o patrimonio, que, incluso en su moderada conformación anterior, permitirían ingresar cantidades que hubieran podido evitar gran parte de esos recortes. Como tampoco ha obligado a realizar las contrarreformas fiscales de años atrás que han mermado ingresos públicos y fomentado la evasión, o a ser tan contemplativos con la economía sumergida.

Incluso en el marco de la unión monetaria se podrían tomar medidas, como las fiscales que proponen los técnicos del Ministerio de Hacienda, que permitieran multiplicar los ingresos del Estado; o las que se vienen haciendo, por poner un ejemplo, para liberar demanda efectiva mediante la rebaja en la deuda tributaria, para crear nuevos tipos de contratos de trabajo que permitieran anticipar la creación de empleo a las empresas; o la nacionalización de bancos en condiciones menos onerosas y mucho más efectivas para relanzar la economía que las medidas que se han tomado.

9. Por todo ello, es muy importante desechar la idea tan intensamente asumida por una gran parte de la población (en gran parte porque se insiste mucho en difundirla desde los medios de comunicación ligados a los grandes intereses financieros y empresariales, es decir, desde prácticamente todos los privados), que tiende a hacer creer que la crisis es una especie de fatalidad, una circunstancia inapelable frente a la que apenas si se puede hacer nada que no sea lo que desde fuera se nos dice que hay que hacer.
Como tampoco se puede admitir la idea que alternativamente se difunde a veces desde otros puntos de vista, según la cual todo es el resultado de un poder omnímodo de los mercados, de una dictadura financiera frente a la que no se puede hacer nada si no es provocando una especie de cambio universal que modifique todas y cada una de las condiciones de nuestra existencia.

Ninguna de esas dos versiones soporta una contrastación rigurosa con la realidad.

Lo que nos ha sucedido no es el fruto de un imponderable, de una catástrofe inevitable, sino de que los gobiernos han dejado de hacer, que ellos mismos han establecido las condiciones que han permitido que se produzcan los hechos que han dado lugar a la crisis. Los gobiernos tienen en sus manos las medidas que pueden permitir que los asuntos económicos se desenvuelvan de otro modo y, particularmente, que pueden hacer que ni siquiera se tengan por qué dar las crisis financieras recurrentes que están destrozando a la economía mundial en los últimos años.

10. Teniendo en cuenta factores como los que he tratado de analizar en esta intervención creo se puede tener enfrente una dimensión diferente de la crisis con la que resulta más fácil pensar en alternativas y ponerlas en marcha.
No todos los países tienen los mismos problemas, ni han padecido los mismos males, de modo que sería cuestión de seguir su camino y no, como está sucediendo, el que nos lleva en dirección contraria.

Y la naciones que han llegado más lejos en progreso y en estabilidad social, incluso las que son más competitivas, si es que se quiere recurrir a este criterio convencional, muestran caminos por donde se supone que deberían transitar las que tratan de emularlos, luego lo que debería ser objeto de reflexión es que se nos impongan otros bien diferentes.

Y, como he dicho, si hemos vivido largas épocas sin crisis financieras, lo significativo es el empeño en huir de las condiciones políticas y regulatorias que se daban entonces, para insistir, por el contrario, en las que sabemos que están asociadas a la perturbación financiera constante y a la crisis.

Las propuestas de políticas y medidas alternativas son muy abundantes, e incluso algunas de ellas han pasado ya la simple formulación teórica para aplicarse en otros países con éxito.

Por ello me parece que resulta obligado concluir que si economías como la española se debaten en una situación tan frágil, incapaces de salir de la crisis y de resolver los problemas de la deuda, del empleo o de la generación de ingresos que otras economías han resuelto, incluso en el mismo marco deteriorado del capitalismo especulativo de esta etapa neoliberal en la que estamos, lo que ocurre no es que no existan alternativas sino que se carece de la decisión, de la voluntad y del poder político suficientes como para ponerlas en marcha.

No debe olvidarse una cuestión elemental que se quiere ocultar: Los problemas económicos no tienen soluciones técnicas, sino políticas. Y siendo así, sabiéndolo, quizá quede más claro que el deterioro de la situación económica de España, o de Europa en general, no es el resultado de que no existan soluciones alternativas sino de que se ha debilitado tanto la democracia que es imposible que se impongan las que desea la mayoría de la población y que, en su lugar, se apliquen las políticas que solo benefician a una parte muy minoritaria, cuyo bienestar y riqueza es ajeno a la estabilidad económica y a la buena marcha general de los asuntos económicos.

Fuente: Juantorreslopez.com

NOTAS: 1. Juan Torres López y Lina Gálvez Muñoz, Desiguales. Mujeres y hombres en la crisis financiera, Icaria, Barcelona 2010; Juan Torres López. La crisis de las hipotecas basura. ¿Por qué se ha caído todo y no se ha hundido nada? Sequitur, Madrid 2011.

2. Alan M. Taylor, The great leveragin. NBER Working Paper 18290, 2012, enhttp://www.nber.org/papers/w18290.

3. Un análisis reciente sobre sus consecuencias de todo tipo Joseph Stiglitz, El precio de la desigualdad. Taurus, Madrid 2012.

4. Vid Vicenç Navarro y Juan Torres López, Los amos del mundo. Las armas del terrorismo financiero. Espasa, Madrid 2012.

5. Vid. Joseph E. Stiglitz, Caída libre: El libre mercado y el hundimiento de la economía mundial, Taurus, Madrid, 2010.

6. Hemos demostrado la falsedad de estas argumentaciones en Vicenç Navarro, Juan Torres López y Alberto Garzón, Hay alternativas. Propuestas para crear empleo y bienestar social en España. Sequitur, Madrid 2011. Versión libre en pdf en http://www.sequitur.es/hay-alternativa.

7. Eduardo Garzón Espinosa. Situación de las arcas públicas si el estado español no pagara intereses de deuda pública. En http://eduardogarzon.net/?p=328.

8. Agustín Turiel. Informe sobre la legitimidad de la deuda pública de la Administración Central del Estado de España. En https://www.box.com/s/a5d5f0f2d1d4c7a90793

9. Vid. Albert Recio, Capitalismo Español: La inevitable crisis de un modelo insostenible. Revista de Economía crítica, nº 9, 2010; Emmanuel Rodríguez López e Isidro López Hernández. Del auge al colapso. El modelo financiero-inmobiliario de la economía española (1995-2010). Revista de Economía crítica, nº 12, 2011; Albert Puig Gómez, El modelo productivo español en el período expansivo de 1997-2007: insostenibilidad y ausencia de políticas de cambio. Revista de Economía crítica, nº 12, 2011.

10. Juan Torres López. Las responsabilidades del Banco de España. En http://www.attacmadrid.org/?p=4148

11. Sobre estas medidas en la etapa de gobierno del Partido Popular, vid. Vicenç Navarro, Juan Torres López y Alberto Garzón. Lo que España necesita. Una réplica con propuestas alternativas a la política de recortes del PP. Deusto, Madrid 2012.

Disponibles las ponencias de la Jornada ‘Repensar la crisis desde Andalucía’, AQUÍ

Expertos del ámbito de la Economía, la Sociología y la Ciencia Política exploran las causas de la crisis y establecen respuestas alternativas de salida y nuevos caminos de futuro


El pasado 18 de octubre el Centro de Estudios Andaluces organizó en Málaga, en colaboración con las facultades de Derecho y Económicas de la UMA, la Jornada ‘Repensar la crisis desde Andalucía’.

Un foro de reflexión dedicado a la crisis y sus efectos sobre la economía, la sociedad y la política en Andalucía y en España, desde la óptica múltiple e interdisciplinar de científicos sociales. Ya se encuentran disponibles las ponencias en esta página web, que recogen las intervenciones de los siguientes expertos:

  • Juan Torres López, catedrático de Economía Aplicada de la Universidad de Sevilla;
  • Enrique Gil Calvo, catedrático de Sociología de la Universidad Complutense de Madrid;
  • Luis Enrique Alonso Benito, catedrático de Sociología de la Universidad Autónoma de Madrid;
  • Andrés Ortega Klein, editorialista y columnista de El País; y
  • Joaquín Abellán García, catedrático de Ciencia Política de la Universidad Complutense de Madrid.

La ponencia ‘Causas estructurales y respuestas alternativas a la crisis’ desarrollada por el catedrático de Economía Aplicada de la Universidad de Sevilla, Juan Torres, propone diez claves para entender los problemas que viene sufriendo la economía española en el contexto de la actual crisis internacional.

A su juicio, para poder dar respuestas eficaces a la crisis es fundamental:
Partir de un diagnóstico lo más acertado posible de sus causas, no sólo de las más inmediatas sino de las estructurales, es decir, de las que tienen relación con los procesos socioeconómicos más profundos, con las variables enraizadas en lo más hondo de las relaciones económicas y que, precisamente por eso, suelen quedar más ocultas al análisis que se necesita para poner en marcha las soluciones políticas”.

Entre las claves que el catedrático señala, por ejemplo, se encuentra la idea de que la actual crisis es una más de las de alrededor de la 130 crisis que se han producido desde los años setenta hasta ahora; aunque singular por su magnitud y extensión debido al incremento de la desigualdad y el desorbitado aumento de la deuda asociada a la expansión de la actividad especulativa.

Denuncia, además, la desregulación financiera, la falta de disciplina, de vigilancia por parte de los supervisores y la complicidad de ciertos poderes públicos con los intereses de la banca privada internacional, así como la ineficacia de las políticas de los gobiernos frente a la crisis, incapaces de poner un auténtico plan de estímulo de las economías.

En su argumentación expone también la reconversión de la deuda privada en deuda pública e incide en la idea de que España posee más capacidad de maniobra frente a las presiones europeas, además de ofrecer propuestas alternativas para crear empleo y bienestar social.

Su argumentación finaliza con una cuestión elemental que, según Torres, se quiere ocultar: “los problemas económicos no tienen soluciones técnicas, sino políticas”.

El deterioro de la situación económica de España, o de Europa en general, no es el resultado de que no existan soluciones alternativas sino de que se ha debilitado tanto la democracia que es imposible que se impongan las que desea la mayoría de la población y que, en su lugar, se apliquen las políticas que solo benefician a una parte muy minoritaria, cuyo bienestar y riqueza es ajeno a la estabilidad económica y a la buena marcha general de los asuntos económicos”, concluye.
************

La política de la intimidación punitiva’ es el título de siguiente ponencia firmada por el catedrático de Sociología de la Universidad Complutense de Madrid, Enrique Gil Calvo. Se detiene a explicar cómo, en la gestión de la crisis, se ha ido imponiendo en España y en Europa estrategias de castigo en forma de políticas restrictivas y de austeridad que afectan y culpan al conjunto de la ciudadanía.

En su argumentación distingue tres variedades de intimidación:
1. La intimidación punitiva, que infunde temor al castigo por el pretérito daño causado;
2. La intimidación terapéutica, que administra el miedo a los males del presente; y
3. La intimidación preventiva, que pretende vacunar contra los riesgos futuros.

Gil Calvo aplica estas tres tipologías a la situación de crisis actual alertando de las consecuencias morales de las mismas: “Si bien la intimidación punitiva es a la vez causa y efecto de la xenofobia, entendida como odio y temor a los otros, la intimidación preventiva, en cambio, genera endofobia y autofobia. La endofobia es el odio y el miedo a los nuestros: el gobierno, la clase política. Y la autofobia es el miedo y el odio a nosotros mismos: el pueblo, la ciudadanía”.

De esta forma, concluye que:
Culpabilizar al nosotros colectivo como principal responsable de la depresión social y económica no sólo nos hace sentirnos avergonzados de nosotros mismos, rebajando y degradando nuestra autoestima colectiva, sino que además nos conduce a la desmoralización, el sometimiento y la impotencia, anulando las escasas reservas restantes de capital social y confianza cívica. Justo lo peor que nos podía pasar cuando debemos intensificar los esfuerzos colectivos para sobreponernos a la crisis recesiva desatada por la austeridad gubernamental que nos imponen, luchando contra ella para tratar de superarla aminorando cuanto se pueda sus peores daños irreparables. Y para eso hace falta voluntad, decisión, solidaridad, espíritu de equipo y capacidad
**************

Luis Enrique Alonso Benito, catedrático de Sociología de la Universidad Autónoma de Madrid, traza en su ponencia cómo se ha configurado la crisis de la ciudadanía laboral y la desestructuración de las formas del empleo. Una era de fragmentación, de precarización como norma, en el que:
El mercado vive el esplendor del trabajo inestable, con cambios permanentes de ocupación y utilizaciones ambiguas o directamente fraudulentas de las disposiciones normativas y contractuales, todo ello circunscribiendo un mercado "balcanizado", institucionalmente desorganizado y generador de riesgos sociales permanentes (desempleo, exclusión social, "desafiliación" o nueva pobreza como pérdida de las relaciones estables con la sociedad) que el individuo capaz, debe saber internalizar y gestionar, por sí mismo, en una aceleración de su disponibilidad y adaptabilidad a las exigencias del nuevo y cambiante mundo del trabajo”.

En su ponencia titulada ‘La crisis de la norma social del empleo: entre la estabilidad imaginada y la nueva pobreza’, Alonso Benito apuesta por un necesario enfoque social, que evite las actuales desigualdades del mercado laboral.

Parece, más bien, que sólo un conjunto de incentivos institucionales diseñados poniendo en primer lugar y como objetivo principal -y no en el habitual y nominal objetivo secundario- un programa coherente de acciones sociales, puede controlar la tendencia inherente de los mercados a devorar sus bases sociales y morales
*************

La ponencia ‘España: un caso de fallo de país’, del columnista de El País Andrés Ortega Klein, estructura su contenido en tres grandes bloques.

En primer lugar expone las causas de la crisis, o “fallos” como los denomina el autor; a continuación establece los efectos, relacionados fundamentalmente con el aumento de la desigualdad, el desmoronamiento de las clases medias, la desmoralización e incluso las tensiones territoriales; y finaliza con una serie de:

"Propuestas de políticas a desarrollar para lograr un nuevo modelo productivo y reformar la política”.
Entre ellas se encuentran: desbloquear la economía, federalizar el Estado y reformar la Constitución, democratizar la política, actualizar el Estado del Bienestar, establecer una política industrial, generar un cambio de mentalidad y desarrollar avances en Europa en aspectos fiscales, económicos y bancarios.
**************

Por último, la ponencia ‘¿Se puede reinventar la política?’ del catedrático de Ciencia Política de la Universidad Complutense de Madrid, Joaquín Abellán García presenta un conjunto de observaciones sobre el fenómeno de la pérdida del papel director del Estado y sobre la necesidad de entender la política en unos términos más amplios que los tenidos en cuenta en los esquemas analíticos de la ciencia política dominante o en la práctica correspondiente al modelo de la democracia liberal.

Entre las consecuencias de esta nueva “recuperación o reinvención” de la política, Abellán destaca:
El necesario incremento de la cooperación de los ciudadanos, llevando éstos su participación, además de a las instituciones de la democracia representativa, a otros ámbitos y niveles de decisión de la sociedad civil. De esta manera se podrá completar el sistema democrático representativo, que está mostrando su necesidad de ser perfeccionado”.

jueves, 10 de enero de 2013

DINERO POSITIVO: Fin del dinero-deuda en el Reino Unido


El primer ministro británico, David Cameron, compareció ayer públicamente ante los medios de comunicación para anunciar un cambio radical en el sistema financiero del Reino Unido. En pocas semanas, la creación y la gestión del dinero estarán controladas directamente por varios organismos estatales cuya labor será sometida cada año a la aprobación ciudadana. La decisión de Cameron termina con el monopolio del que disfrutaban históricamente los bancos para emitir dinero en forma de deuda a través de préstamos, descubiertos y otros sistemas de créditos.

La reforma es el resultado de un largo proceso de reflexión sobre el papel del dinero en el Reino Unido, en el que ha sido decisiva la labor de la ONG británica Positive Money, que lleva desde su aparición, en el año 2010, presionando a favor de un cambio del sistema financiero.

De hecho, esta Ley del Dinero Público, como bautizó ayer Cameron a la nueva normativa, se ha inspirado principalmente en un proyecto de Ley anterior redactado por la propia Positive Money. Proyecto que sus militantes defendieron en cientos de charlas y debates a lo largo de todo el territorio de las Islas, en una exitosa campaña que le ha valido a la ONG para conseguir el apoyo de los dos grandes partidos.

Apoyo que garantiza la aprobación en el Parlamento de la reforma, prevista para “la primera semana de febrero, como muy tarde”, según Cameron. Su entrada en vigor dará paso a la aparición de un nuevo organismo público, el Comité de Política Monetaria, que dependerá directamente del Banco de Inglaterra. Será el único organismo que podrá crear dinero. “No así recaudarlo, pues esta es, como bien saben, competencia de la Hacienda Pública a través de los impuestos, que por supuesto seguirán existiendo”, ha aclarado Cameron.
  
El dinero emitido por el Comité de Política Monetaria estará además “libre de deuda”, destacó el primer ministro, “pues no habrá que devolverlo al comité ni a ningún banco, al contrario de lo que sucede con los préstamos emitidos por estos”.

Dicho dinero libre de deuda que será gastado en aquellas partidas que propongan las fuerzas políticas representadas en el Parlamento británico y que vote la ciudadanía en referéndum vinculante que será convocado con carácter anual.

Cada partido podrá realizar un número determinado de propuestas para el gasto del dinero libre de deuda, según su representación parlamentaria. El número de propuestas de gasto que podrán realizarse varía entre tres, cinco, siete o diez como máximo, dependiendo del número de diputados que representen a dicha fuerza política en el Parlamento.

Las propuestas de gasto de los partidos serán posteriormente votadas para su aprobación en referéndum popular. A la hora de votar, el ciudadano se encontrará con una papeleta donde figurarán todas las propuestas. Podrá seleccionar un máximo de diez, procedentes del mismo o de distintos partidos políticos. 

Las diez propuestas más votadas serán las destinatarias del grueso del dinero creado (salvo ciertas partidas para casos excepcionales) hasta la celebración de un nuevo referéndum, al año siguiente.

Sobre los fines a los que podrá dedicarse este dinero libre de deuda, Cameron ha señalado que “puede ser utilizado para pagar las deudas existentes y, al reducir la deuda personal, las personas y las familias tendrán más dinero para gastar en las empresas. De este modo, se crearán puestos de trabajo y se reducirá el actual nivel de desempleo”.

Por su parte, el fundador de Positive Money, Ben Dyson, ha añadido que “una opción (para el uso del dinero) puede ser la construcción de infraestructuras. Por ejemplo, para realizar la transición a un modelo energético basado plenamente en las energías renovables, algo que deberíamos hacer antes de que los precios del petróleo terminen fuera de control por el llamado pico del petróleo”.

“También podría utilizarse el dinero para rebajar los impuestos al 20% más pobre de la población mediante la reducción del IVA, un impuesto que pagan hasta los pensionistas y los desempleados cada vez que compran algo en una tienda. O, alternativamente, ese dinero podría ser distribuido de manera proporcional entre todos los adultos del país, como una renta básica”, añade Dyson.
Se acaba el “peor sistema” posible

Después de la aprobación de la Ley del Dinero Público, los bancos privados británicos podrán seguir prestando dinero, “pero no crearlo de la nada”, señala el fundador de Positive Money. “Muchas personas creen que cuando un banco les concede un préstamo, reciben de la entidad bancaria el dinero depositado por otras personas. La realidad es totalmente distinta. Lo que hace el banco con el prestatario es crear para él una nueva entrada contable en la que anota el dinero de su préstamo.

Dinero que básicamente acaba de surgir de la nada, y que no está respaldado por ningún depósito de nadie. Dinero creado de la nada por el que además, el prestatario tendrá que pagar unos intereses adicionales”, añade el fundador de Positive Money.

La New Economics Foundation (NEF), fundación británica que defiende la necesidad de un profundo cambio del sistema económico para hacerlo sostenible social y medioambientalmente, comparte esta visión de Positive Money, para la que ha realizado diversos estudios sobre la creación y la función del dinero.

El responsable de muchas de estas investigaciones e investigador jefe de la NEF, Josh Ryan-Collins, afirma que es un verdadero mito que los bancos sean meros intermediarios: “en el Reino Unido no hay ninguna ratio obligatoria que los bancos tengan que cumplir entre los depósitos que guardan para otros y sus reservas de dinero, de manera que los bancos no necesitan el dinero de los ahorradores para poder prestárselo a quienes lo necesitan”.

Desde Positive Money también destacan el hecho de que el 97% del dinero con el que se opera en el Reino Unido se expresa en forma de meras anotaciones electrónicas que figuran en las cuentas bancarias de los usuarios. El resto, apenas un 3%, es dinero en metálico impreso por el Banco de Inglaterra. “En definitiva, casi todo el dinero en circulación es dinero digital cuya creación está monopolizada por los bancos privados, que usan este poder para imponerse a los poderes democráticos, como bien se está viendo en esta crisis. Ya lo dijo Mayer Rothschild: dejadme emitir y controlar la creación del dinero de una nación y me dará igual quién haga las leyes”, recuerda Dyson.
“También es interesante -prosigue el fundador de la ONG- lo que dijo el propio Mervyn King, gobernador del Banco de Inglaterra, sobre este sistema del dinero-deuda, cuando afirmó, hace año y medio, que de todas las maneras en que se puede organizar la banca, la peor es la que tenemos hoy en día”.

Una de las razones para el fundador de Positive Money de afirmaciones tan extremas como esta es que el dinero-deuda genera, como no podría ser de otra manera, un endeudamiento excesivo y generalizado: “muchos políticos insisten machaconamente con la idea de que no se puede gastar más de lo que se ingresa. Pero lo que no dicen es que esa es precisamente la base de este sistema, ya que el dinero solo se crea como deuda. Así sucede, por ejemplo, al constituir un préstamo y, posteriormente, cuando el préstamo se devuelve, alguien más debe pedirlo prestado para que ese dinero pueda seguir existiendo. Sin deuda no hay dinero, por tanto”.

Endeudamiento que además acaba siendo destinado preferentemente a la especulación en detrimento de la economía real. Según Dyson: “los préstamos productivos, esto es, el dinero prestado a empresas que producen bienes, prestan servicios y crean puestos de trabajo, solo representan el ocho por ciento de los préstamos concedidos por los bancos, mientras que el restante 92% se destina a la especulación financiera e inmobiliaria”.

Situación que cambiará tras la entrada en vigor de la reforma financiera. “Al dirigir este dinero nuevo a la economía real y productiva, en lugar de a los bancos que lo prestan en forma de deuda, se reducirán los niveles de pobreza. Al tiempo que también se reducirá el endeudamiento, redundando en una mayor igualdad, dado que los más pobres no tendrán que pagar tanto dinero a los más ricos en forma de intereses”.

“Tampoco serán necesarios nuevos recortes de los servicios públicos del Estado del Bienestar, pues se podrán generar los ingresos necesarios para mantenerlos, e incluso mejorarlos”, concluye el fundador de Positive Money.

DATOS DE CONTACTO:
(Imagen: Ben Dyson. Cortesía de Positive Money).

Artículos anteriores sobre Positive Money: