jueves, 27 de mayo de 2010

Crisis, capitalismo, productividad y cooperación

La crisis económica que estamos viviendo es una crisis sistémica, es el sistema capitalista lo que está en crisis. El capitalismo ha evolucionado en sus doscientos años de historia, ahora es muy distinto a sus inicios, en este momento está en su momento de declive, después de la anterior crisis sistémica, el crash del 29, se podía ir a más, y a mediados de los años 40 se sentaron las bases para producir cada vez más, para una masa consumista cada vez mayor, que se endeudaba cada vez más, y todo esto creaba empleo, pero este modelo se ha acabado. La superación de todos los límites en las deudas y el fin del petróleo barato, fundamentalmente, han acabado con ese modelo. Ya no volverá.

La evolución "lógica" del sistema es hacia la productividad, no en el sentido de producir más sino de producir lo necesario, de manera eficaz y eficiente, con los trabajadores necesarios en cada momento, y en el lugar adecuado, es la gestión de la austeridad y la escasez que está provocando la crisis de la deuda en todo el mundo.

Este modelo mantiene el principio de competitividad del sistema capitalista, hasta llevarlo al paroxismo, sobra la clase media, sobra el estado del bienestar, sobran personas, sobran países enteros.

Está muy extendida la creencia de que la vida es una lucha en la que sobreviven los más aptos. Esta aplicación arbitraria de la teoría de Darwin de la selección natural justifica la competencia sin control y crea una brecha creciente entre un grupo cada vez más reducido de poder político y económico y la marginación de la mayoría de la población.

La sabiduría económica todavía dominante es que la competencia es buena y que el libre mercado regido por la "mano invisible" distribuye la riqueza. Cuando uno actúa por su bien, también actúa por el bien de la comunidad. Sin embargo la penuria de casi la mitad de la población mundial demuestra que este principio no funciona en el mundo actual, donde la desigual distribución del poder y de la riqueza distorsiona el funcionamiento del mercado.

Por otra parte persiste la creencia de que el egoísmo y el egocentrismo que caracteriza a la gente actual es la expresión inalterable de la naturaleza humana, que no puede cambiar y no va a cambiar. La gente siempre ha perseguido sus propios intereses y siempre será así, y en todo caso se interesará por su familia, empresa, comunidad o nación.

Vivimos tiempos de crisis económica, social, ecológica, alimentaria, política, estamos viviendo una crisis sistémica, que necesita de la cooperación mundial para evitar una catástrofe. Nunca antes la Humanidad había necesitado como ahora la cooperación mundial, por eso no es extraño que nuestras instituciones y organizaciones no estén preparadas para ello. Los estados-nación y el sistema económico y empresarial está diseñado para proteger sus propios intereses en competición con otros.

La acción coordinada a nivel mundial podría producir resultados muy positivos. El mundo dispone de los recursos financieros y humanos para actuar en esta situación de emergencia. La pobreza puede ser eliminada, las energías y tecnologías sostenibles pueden estar al alcance de todos, el agua puede ser reciclada y el agua de mar desalinizada, se pueden adoptar formas de agricultura ecológica, etc. Podemos reunir las energías para poner en práctica estas medidas, disponemos de la tecnología necesaria. Un modesto incremento en el uso eficaz de la radiación solar que llega al planeta podría suministrar la energía necesaria para todos, y la reasignación de una parte de los fondos actualmente destinados a fines destructivos y militares podrían financiar los principales proyectos necesarios.

¿Utopía?, puede ser, pero en nuestra opinión es la única alternativa a la crisis y a la adoración obligada a la nueva diosa productividad, es el camino hacia una nueva Humanidad más solidaria, ecológica y respetuosa con las individualidades y colectivos que la componen.

Publicado por Espiritualidad y Politica.
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1 comentario:

Cristóbal dijo...

Gracias por difundir el artículo, y felicidades por el blog que no conocía, me parece una iniciativa muy interesante y oportuna, un abrazo